Quemarse la cabeza









Y si mis tribulares bienandantes,
mi cortesía y mi amor paciente 
se imponen frente a tu mirada ausente 
de un modo que te resulta agobiante, 

llegará el día en el que me atragante
con el calor que de atrás de mi frente
viene ardiendo a la idea, y se reviente 
encendiendo una llama contestante.

Tal vez tus pensamientos se contagien
de fluidos brillantes, coloridos,
y en vez de ser oscuros, encendidos
mientras intentan extinguirme, bailen.

Arte Plástico: Anita Fergunsoni
Textos: Gabriela Ojeda
Fotografía: Braulio Suárez

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